Muchos tutores piensan que mientras el perro se mueva por casa, todo está bien con sus ojos. Nada más lejos de la realidad. Los perros son unos campeones para adaptarse y memorizar, así que pueden perder vista y tú ni enterarte… hasta que el problema ya es grande.
Por eso he hablado con Raúl Rebolledo, veterinario especialista en oftalmología. En la entrevista lo decimos tal cual: los ojos duelen (y mucho), y la mayoría de las veces los primeros síntomas pasan desapercibidos. Un ojo rojo, lagrimeo, parpadeo insistente, que el perro se frote o evite la luz… todo esto hay que tomárselo en serio.
Ojo con ciertas razas: los bulldogs, bóxers y perros de “cara chata” son mucho más propensos a úlceras y ojo seco, y además lo disimulan mejor. No te fíes si parece que “no le duele”: pueden estar peor de lo que imaginas.
Un diagnóstico temprano es super importante. El glaucoma y el síndrome de ojo seco pueden dejar a tu perro ciego y sufriendo para toda la vida si no actúas rápido. Y con las cataratas, solo la cirugía funciona; olvídate de soluciones milagro.
Lo más importante: observa a tu perro, no minimices ningún cambio en sus ojos o su actitud. Mejor una consulta de más que una ceguera de por vida.
Aquí tienes la entrevista completa para que aprendas a detectar los problemas a tiempo y sepas cómo cuidar la vista de tu compañero:
Este es el correo de Raúl, por si necesitas contactarle: rebolledoraul2@gmail.com
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Saludogs



